1. Pintar es un acto inútil. Pintar es un acto de resistencia. La pintura no se mueve. La pintura es silencio. Es un desafío al movimiento, a la velocidad y al ruido. Es una invitación a parar y a mirar. Es una puerta hacia la reflexión pausada, hacia el sentir callado, hacia la conciencia. Es un espejo para mirar hacia dentro. Es un alimento inmaterial en un mundo de productos efímeros destinados al entretenimiento de consumo rápido.
2. Pararse es la única forma de tomar conciencia de uno mismo. La pintura, si quieres verla, te obliga a pararte.
3. No me interesa la pintura de ideas, la pintura política, la pintura que es manifiesto, ideología, doctrina o filosofía. Tampoco me interesa la pintura decorativa, la pintura que es objeto de diseño y prestigio para las élites. No quiero que traten de concienciarme o convencerme, tampoco de complacer sensualmente mi mirada. Me interesa la pintura que me pone frente al misterio, que me ayuda a recordar que lo más importante se me escapa y no lo entiendo, que lo más importante es no entender y entrar en un existir que no puede entenderse y para el que no existen palabras.
4. La pintura que puede decirse no es pintura.
5. La pintura es búsqueda vital del ser. No es intelecto, no es comercio, no es objeto ni producto de mercado.
6. ¿Por qué pintar retratos?: El rostro de una persona es lo que más me interesa en la Naturaleza. La mirada de cualquier ser humano es el único objeto de la naturaleza donde está directamente materializada la conciencia.
7. Consumir significa “hacer uso de”. El objeto de consumo es aquello que en algún sentido nos es útil. Podemos hacer uso de ello. Todos los objetos que compramos, que usamos o manipulamos nos son útiles en algún sentido. Consumimos ideas, objetos, experiencias. Sin embargo, lo verdaderamente valioso es lo que de verdad es inútil. Aquello que no podemos usar para nada. Aquello que sencillamente nos permite existir. Aquello que solamente nos coloca frente al misterio. El arte que me importa es una de estas actividades inútiles. Otra es contemplar sin hacer. Otra es amar sin pedir a cambio.
8. Vivimos en un mundo artificial rodeados de imágenes inmateriales que transcurren a mucha velocidad sin apenas dejar rastro. Nos venden y nos vendemos la excitación de encontrarnos con cosas, personas o experiencias que nos sean útiles. Lo útil es siempre un refuerzo o engrandecimiento de nuestro yo: útil es todo lo que nos da placer, o poder, o sentimiento de ser alguien valioso, alguien necesario o al menos existente y sólido. Las imágenes excitan así nuestra mirada, atrayéndonos a perseguir lo útil. Al contrario de este supermecanismo de control social -quizá uno de los mecanismos de control más importantes de la cultura del consumo- cuando miras un cuadro la imagen está quieta, no se mueve ni rápido ni lento, lo que se mueve es tu mirada. Tu mirada es excitada no para obtener algo útil, sino para comprender, sentir o buscar una verdad. Tu mirada se mueve sobre la imagen, y la forma en que tus ojos se mueven y se paran , dónde, cuándo y cómo se mueven y se paran, eso es tu manera particular de construir la imagen que miras. Por eso no sucede que la imagen pictórica existe y tu eres pasivo frente a ella, sino que la imagen es construida por tu manera propia, consciente y activa de mirarla. Esta manera de mirar la imagen –de mirar el mundo- es fruto de la memoria, es decir del pasado vivido y reconstruido en la mente, y es también fruto de la consciencia, es decir de la atención en el presente. Ambas unidas, tu memoria y tu consciencia, son las que pueden construir una mirada libre, creadora, del mundo, como alternativa a perpetuar la mirada pasiva y esclava, víctima de intereses externos o de los propios condicionamientos del yo.
9. No se trata de decir ni explicar, se trata de manifestar lo que es. A través de este medio material específico que es la pintura se abre una vislumbre de la totalidad de lo que es.
10. Aproximarme a que cualquier cosa dicha, todo símbolo, toda palabra o toda imagen, sean una expresión de la verdad esencial, su manifestación. Aunque esto implique tanteos a ciegas, errores, circunvalaciones o retrocesos, intento mantener siempre el punto de mira en este blanco que es lo esencial, aquello que es más allá de palabras y símbolos, y que éstos sean, paradójicamente sin poder serlo, la expresión-manifestación de la verdad única que se esconde bajo los pensamientos, la verdad esencial que es vacío y silencio.
11. Lo que importa es lo que no puede pensarse.
12. Estar vacío de pensamientos es una posibilidad real que puede alcanzarse desde la intención, no desde el esfuerzo. El esfuerzo es parte de la mente, la intención (el impulso de voluntad básica) está más allá de la mente. Con la intención podemos parar la mente y acceder al silencio que está dentro de nosotros. Este silencio (la pausa de los pensamientos) es lo único que nos conecta con el mundo real, que es siempre experiencia y no un decir, no un acerca de.
13. Cuando pinto mis pensamientos ceden y mueren. Espero que los pensamientos del que mira mi pintura puedan también cesar, aunque sea por un momento. Cuando el pensamiento cesa por un momento, eso ya no es un momento, porque el tiempo ha sido abolido.
14. Que los pensamientos cesen y la mente permanezca en silencio no quiere decir que los pensamientos desaparezcan completamente de la mente, quiere decir que dejan de tener importancia, dejan de ser un foco, dejan de ser el blanco, y solo se escuchan como un fondo irrelevante, es como escuchar el sonido del viento en las hojas.
15. El intento del arte debe ser detener la mente racional para acceder a la verdad que la mente oculta.
16. Deseo que mi arte sea una materialización de mi amor por los seres humanos.
17. El color es lo más inmaterial en el mundo de las cosas materiales, el color es la luz escondida en la materia.
18. El color que tiene un objeto no es una propiedad o cualidad del objeto, es solo luz que llega a nosotros. Así que el color es la vibración más sutil que el objeto emite, es algo así como el alma del objeto en nuestros ojos.
19. El color puro nos atrapa y nos invade, viene a nosotros como una vibración esencial de luz, y si se lo permitimos nos dejará detenidos, sin pensamiento ni acción. El color entonces entrará en nosotros y ya no seremos más una persona, sino solo esa vibración de luz que es la luz completa hecha cuerpo.
20. La forma de un objeto cualquiera es la carne de la Vida, el color (la luz) del objeto es el aliento de la Vida, el movimiento (el tiempo) del objeto es el juego de la Vida. En la pintura detenemos el movimiento, jugamos a parar el juego de la Vida, para que pueda manifestarse con mayor claridad su carne y su aliento.
21. Lo que quiero más y más es vivir en un estado de belleza, es decir en paz y silencio y presencia dentro de mi. Por favor que el arte nos ayude.
22. ¿Por qué en el arte actual ya no son actuales las palabras belleza, amor, placer, verdad? Tenemos que revisar el porqué hemos perdido las palabras más importantes para nombrar nuestro arte.
23. Los dos caminos del crecimiento: parar la mente y nutrir el amor. (consciencia y compasión lo nombran los místicos).